Albergues en Katori

Sólo dormimos una noche. La habitación era muy amplia y estaba limpia, pero necesita una remodelación, porque la hace parecer peor de lo que es. El dueño nos contó que hacía 6 meses que la había heredado de su madre y se notaba que en algunas zonas ya había hecho algunos arreglos, pero le hacen falta muchos. Es una casa preciosa pero descuidada. Para la gente que está acostumbrada a hoteles, no se la recomiendo, pero para las personas que van a hostales y albergues, es una gran experiencia y seguro que el día que la restaure, será increíble. Es una casa típica japonesa y antigua, en un pequeño pueblo donde no hay nada y por las noches no hay luces en la calle. Puedes ver animales y vegetación en estado puro. Está al lado de la estación del tren, así que está muy bien comunicado. Había dos o tres habitaciones más pero no coincidimos con nadie, ni para compartir el baño. Que el tren estuviera cerca, no afectó para nada a nuestro descanso. El dueño es un señor serio pero súper amable. Contratamos el servicio para que nos llevara al aeropuerto y el trayecto, merece la pena, y su compañía también.

Todo

La ubicación fue lo mejor. Es un sitio donde te preparan algunas comodidades por lo que se agradece. Dormir en futón es una experiencia interesante